Las 48 horas de Alfaro nacieron en 1981, cuando solo unos pocos equipos competían en la liga local de fútbol sala del pueblo. En sus inicios, este torneo se creó como una fiesta de fin de temporada, una excusa para que todos los jugadores se juntaran a celebrar el final de liga y se repartieran los trofeos de campeones.
Los inicios no fueron sencillos. De la mano de Daniel Moreno y sus compañeros nació la primera edición del torneo, si bien algunos años antes ya había empezado la fiebre por el fútbol sala en el pueblo. Al principio, eran los propios equipos los que tuvieron que involucrarse en las labores administrativas, redactando el reglamento y arbitrándose los unos a los otros.
Árbitros, jugadores, jueces de mesa… Todos los participantes debían hacer diversas funciones para que el torneo funcionase, y lo cierto es que rápidamente se convirtió en un auténtico éxito. Las 48 horas de Alfaro pronto traspasaron las fronteras del pueblo, primero extendiéndose por toda la Rioja y más tarde por otras partes de la península.
Tanta fue la fuerza que cogió el torneo que muchos equipos de pueblos de alrededor llamaban a la organización para pedir que no coincidieran las 48 horas de Alfaro con competiciones similares organizadas en otros lugares cercanos.